Se realizan estudios de eficiencia electromecánica de los equipos de bombeo, inspección videográfica y análisis de parámetros hidráulicos para identificar las causas de disminución en la capacidad del pozo y determinar la mejor estrategia de rehabilitación.

Utilizamos métodos como cepillado, desarenado y limpieza química para eliminar incrustaciones, sedimentos y obstrucciones en las paredes del pozo y los filtros, mejorando así el flujo de agua y la eficiencia del sistema.

Se emplean técnicas de desarrollo hidráulico, aireación y/o swabbing para estimular el acuífero y mejorar el flujo de agua, optimizando la capacidad del pozo para captar el recurso.

En caso de daño o desgaste, realizamos la instalación de nuevos revestimientos o la reparación de tuberías existentes para asegurar la integridad estructural del pozo y evitar colapsos o contaminaciones.

Se realizan pruebas de caudal y medición del nivel estático y dinámico del pozo para evaluar su rendimiento después de la rehabilitación. Estos datos nos permiten confirmar la mejora en la eficiencia y determinar las condiciones óptimas de operación.

Revisamos y, si es necesario, reemplazamos los equipos de bombeo, asegurando su correcta instalación y ajuste para maximizar la vida útil del pozo y el rendimiento del equipo.

Al finalizar la rehabilitación, entregamos un informe técnico detallado que incluye las pruebas realizadas, los procedimientos aplicados y las recomendaciones para el mantenimiento del pozo a largo plazo, asegurando un funcionamiento eficiente y seguro.